Oración de acompañamiento a Jesús en su entrega del Jueves y el Viernes Santo.
Cuarta entrega – Jesús entrega su humanidad a los hombres.
“Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo: «¿A quién buscáis?». Le contestaron «A Jesús, el Nazareno». Les dijo Jesús «yo soy»” (Jn, 18, 4-5).
Yo soy. “Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues si no creéis que “Yo soy” moriréis en vuestros pecados” (Jn, 8, 24).
Aquellos hombres te creyeron y te prendieron, pero pensaron que eras solo un nazareno, solo un hombre. No entendieron que “Yo soy” es tu nombre, “Yo soy el que soy” (Ex, 3, 14).
Prendieron a Jesús el nazareno, al que se señaló a sí mismo con el nombre de Dios. Así ya no morirán en su pecado, ahora, hasta los que te prendemos, los que salimos a por ti en la oscuridad de la noche, hasta los que nos ocultamos tras las antorchas para llevarte a la tortura seremos salvados, porque eres Tú quien morirás por nuestros pecados.
No es creíble, ¡no es creíble a qué te vas a entregar!
¿De verdad vas a sufrir semejante tortura? ¿De verdad lo quieres hacer por mí? ¿De verdad una vez más?
¿Hasta cuándo Señor?, ¿hasta cuándo?, ¿Cuántas Misas más vas a entregarte?
Entregas tu humanidad a mi pecado que se crece y se engríe, te escupe, te abofetea y te flagela. ¿Y mi amor por ti? Escondido. Aterrorizado. Avergonzado. Cobarde, muy cobarde.
“Y a Jesús lo entregó a la voluntad de ellos” (Lc, 23,25).