Tercera entrega de Jesús. Su voluntad.

Oración de acompañamiento a Jesús en su entrega del Jueves y el Viernes Santo.

Tercera entrega – Huerto de Getsemaní. Jesús entrega su voluntad.

“Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres Tú” (Mt. 26, 39).

Entregas tu voluntad. Este es tu alimento: “Mi alimento es hacer su voluntad y llevar a término su obra” (Jn, 4, 34).

Jesús verdadero Dios y verdadero hombre. Y el hombre se entrega a la voluntad de Dios.

Tres veces repites la misma oración al Padre. Como las veces que preguntaste a Pedro si te amaba. Como las veces que eleva el sacerdote tu cuerpo en la Santa Misa.

Para esto has venido. Para hacer Su voluntad. Para enseñarnos a hacer Su voluntad.

Tiemblas y te estremeces. Y sudas sangre. Aceptas el castigo de los pecadores, Tú, que no has cometido pecado.

¿Cómo no vas a temblar al entregar tu voluntad?

¿Existe algo más íntimo que la voluntad? ¿Si entrega su voluntad, qué queda del hombre?

Y pienso … ¿Cuántas veces he pedido a Dios que cumpla MI voluntad? ¿Cuántas veces he llorado – de rabia – y he temblado – de impotencia – porque Tú, sí Tú, Dios, no has querido cumplir mi voluntad?

Y he creído acercarme a Ti solo para reprocharte que parece, una vez más, que te has dormido.

Míralos, ahí están, Juan, Santiago y Pedro, los tres dormidos, como yo, como todos. Quizás sea necesario dormir para no ver lo que no podemos comprender. ¡Entregar tu voluntad!

Entregas tu voluntad para hacer la Suya, pero ¿cuál es la voluntad del Padre?: “que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna y yo le resucitaré en el último día” (Jn, 6, 40).

“No se haga como yo quiero, sino como quieres Tu” (Mt. 26, 39). Necesitas decirlo tres veces. Ya no hay duda. La entrega es total. Te entregas Tú para que no se pierda ninguno. Para encontrar la oveja perdida. Para rescatar a todo pecador. Para resucitarnos en el último día. Tres veces para que el Padre acepte tu entrega: entregas tu voluntad en rescate por todos.

“Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores” (Mt, 26, 45).

Ya podemos dormir y descansar. Vas a cumplir la voluntad del Padre. Has aceptado ser pago de nuestra salvación.

Ya podemos descansar.

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