29 de febrero de 2016
A quien corresponda:
El niño A. Z. A. se encuentra, a petición de sus padres, en tratamiento neuropsicológico y psicopedagógico pautado por los profesionales de Neurological Rehabilitation International Consultants / INPA desde marzo de 2010, cuando tenía tres años y cuatro meses. Desde el momento de inicio del tratamiento A. ha dado muestras de tener una evolución continua, respondiendo adecuadamente a los programas y tratamientos pautados.
La última evaluación fue realizada el 25 del presente mes y comprobamos que su evolución neurológica está siendo satisfactoria.
Conforme comprobamos los avances de A., resulta más evidente que la gran dificultad de A. está más en el área expresiva, en su capacidad de demostrar sus conocimientos que en el en área comprensiva – en la capacidad de aprender.
Debemos tener siempre muy presente que el sistema de enseñanza, no sólo en Mexico, sino en todo el mundo se basa, cada vez más en dos pilares:
- Lo que el niño es capaz de escribir / transcribir / plasmar sobre un papel. Tras cualquier información aportada por el maestro, por mínima que sea, hay una demanda de que el niño lo refleje sobre el papel.
- Lo que el niño es capaz de decir. Si el niño, por cualquier motivo, no puede transcribir su respuesta, se le pregunta de manera oral.
De esta manera, la labor del maestro, de manera generalizada y para cualquier niño, ha dejado de ser predominantemente la enseñanza a la de la demanda de la información.
A los niños, sea cual sea su condición evolutiva NO se les enseña más que aquello que son capaces de demostrar que han asimilado, ya sea por vía oral o vía escrita. Así, si un niño no es capaz de escribir el número 3 ya que su condición neurológica le impide el control manual necesario para hacer dicho trazo, NO se le enseña el número 4. Si un niño, debido a su alteración neurológica no es capaz de decir más que palabras bisílabas, y con dificultad, no se le enseñará a leer más que dichas palabras, impidiéndole cualquier tipo de evolución en lectura / aprendizaje.
Sin embargo tanto el lenguaje hablado como el control manual son, en general, los dos puntos más débiles, los dos talones de Aquiles, de las personas con problemas neurológicos, particularmente cierto en los casos de personas con síndrome de Down y sin duda este hecho se confirma en A.. Esto no significa que esté incapacitado para aprender, y mucho menos para atender a una escuela, solamente significa que tiene mermada de manera significativa su capacidad para demostrar por vías estandarizadas lo aprendido.
Es necesario que sus maestras sepan que el control fino de nuestros dedos está anatómicamente relacionado, en la corteza cerebral, con el control de nuestras funciones buco-faríngeas y, por tanto, cuando un niño muestra dificultades en su desarrollo del lenguaje hablado resultaría un contrasentido que tuviera un buen desarrollo manual. De esta forma, las personas con problemas neurológicos muy frecuentemente tienen mermadas sus habilidades lingüísticas y manuales: los dos pilares en los que la enseñanza actual ha decidido apoyarse.
Esta coincidencia hace que a los niños con problemas neurológicos, entre los que se encuentra el síndrome de Down, se les limite gravemente el acceso a la información, ya que sólo se les enseña aquello que son capaces de plasmar, lo cual es una milésima parte de lo que son capaces de aprender.
Tras estas generalidades que son perfectamente aplicables a A., pasamos a considerar la denominada CARTA COMPROMISO, fechada el 12 de febrero del presente año y firmada por la Profesora A. R. C.
En dicha carta se solicita a los padres que se comprometan a:
“1. Entregar reporte de la valoración actualizada del especialista al cual acude periódicamente mi hijo”
“… De no entregar el documento requerido periódicamente, acataremos la decisión que aplique el colegio.”.
Personal y profesionalmente me resultan altamente sorprendentes los términos expresados en la mencionada CARTA COMPROMISO.
Se exige a los padres un compromiso del cual NO se pueden hacer responsables, ya que la elaboración de ese reporte me corresponde exclusivamente a mi.
Considero parte de mi labor profesional la elaboración de informes, y a ello dedico una buena cantidad de horas semanales, pero en 23 años de experiencia nunca se me ha requerido en los términos expresados en mencionada CARTA COMPROMISO, ni siquiera cuando se me ha solicitado un informe por parte de las autoridades judiciales.
La mencionada CARTA parece más reflejar una coerción que un compromiso.
Los términos utilizados NO son los propios ni los adecuados a una institución educativa ni son los esperables en un deseo de colaboración interdisciplinario: colegio, padres, profesionales.
Considero esta colaboración altamente provechosa y recomendable para facilitar la evolución de cualquier paciente. Por ello tengo por costumbre enviar un cuestionario a los padres para que se lo hagan llegar al personal docente que trabaja con su hijo. Ustedes conocen bien dichos cuestionarios ya que su personal lo ha cumplimentado en varias ocasiones. Me permito repetir los términos utilizados en dicho cuestionario:
“Estimado/a profesor/a,
Su alumno/a está siguiendo un programa neuropsicológico y psicopedagógico pautado por Neurological Rehabilitation International Consultants / INPA y realizado en su casa bajo la supervisión de sus padres.
Para poder tener un conocimiento más adecuado del niño/a, agradeceríamos que nos respondiera este breve cuestionario y se lo entregue completado a sus padres con la mayor brevedad posible para poder valorarlo en su revisión, que tendrá lugar en los próximos días.
Sería conveniente que hiciera copias y se lo entregara al resto de profesores/as que le imparten clase o a otras personas involucradas en su educación.
Muy agradecidos por su colaboración.”
La negrita ha sido añadida en esta ocasión.
Su institución ha tenido a bien colaborar completando estos cuestionarios, y se lo agradezco enormemente. Otros muchos colegios renuncian a ello.
A. es un niño que por sus características conductuales puede hacer marcadamente difícil su integración en un salón escolar. Pero entiendo que los colegios NO están diseñados exclusivamente para alumnos fáciles, ni sólo para los buenos estudiantes, ni únicamente para niños de una determinada etnia, color, estatura o condición genética.
Con frecuencia, cuando visito el colegio de un paciente cuya conducta es manifiestamente mejorable, la frase o sentencia que más tarde o más temprano aparece por parte de los docentes es “el problema de este niño son sus padres”.
Los padres son la mayor parte de las veces culpados por la mala conducta de sus hijos. Puede que no falte razón y que los padres deban cambiar su manera de tratar y educar a al niño, pero con hacer una sentencia que culpabiliza a los padres no se soluciona nada. Si tal es el caso, entonces se debe ofrecer a los padres estrategias, formación y apoyo para que puedan llevar a cabo ese cambio.
Los padres de A. realizan desde hace seis años, tres veces al año un viaje de 1550 kilómetros (por trayecto) para venir a recibir un programa neuropsicológico y psicopedagógico que ayude al desarrollo de su hijo.
Si ellos son el problema, o parte del problema de la conducta de A. sin duda están poniendo mucho de su parte para ser también la solución o al menos parte de ella.
Coerciones como la que aparece en su CARTA COMPROMISO no parecen contribuir excesivamente a la solución del problema.
Como no quisiera terminar esta misiva simplemente señalando lo que considero una gran falta de respeto hacia los padres de A. y secundariamente también hacia mi, sino aportar alguna posibilidad de mejora, les ofrezco las siguientes soluciones:
- Que la tutora, la directora, y/o la orientadora acompañen a A. y a su familia en la próxima cita, y poder así tratar de primera mano cómo abordar las dificultades que están encontrando. Algunas familias así lo hacen y considero que es una medida altamente productiva. Por otro lado les da la oportunidad de convivir con A. y su familia durante tres o cuatro días y comprobar cómo es su día a día fuera de su salón. Considero que puede ser una experiencia altamente formativa.
- Que la tutora, la directora y/o la orientadora asistan al 6º Congreso Síndrome de Down que la Asociación Familia, Salud y Desarrollo en Síndrome de Down llevará a cabo los próximos 13, 14 y 15 de octubre del presente año en la ciudad de Monterrey. Es un Congreso altamente didáctico, con muchas ponencias dedicadas a la integración escolar y a la labor de los colegios.
- Que se permita contar con una profesora de apoyo, también llamada de manera coloquial profesora sombra, que ayude en su labor a la profesora titular. Según he sido informado la familia ha ofrecido en varias ocasiones pagar la presencia de este profesional, pero no ha sido admitido. Si así lo decidieran estaría gustoso en darles el listado de tareas que creo que una profesora auxiliar puede y debe cumplir, ya que con frecuencia tengo la experiencia de conocer la labor de alguna profesora sombra que responde a dicho título por hacer sombra al alumno, en lugar de auxiliar a la maestra titular en su labor docente.
Sin otro particular,
Ignacio Calderón Castro
Excelente, como todo lo que publica. Somos pacientes de la clínica en FL. Actualmente mi hijo sí tiene la maestra sombra, me encantaría poder tener su «listado de tareas que una profesora auxiliar puede y debe cumplir», nos sería de mucha utilidad. Gracias, Dr. Nacho Calderón.
Nacho, qué pena comprobar que tras casi 15 años siguen existiendo los mismos problemas que cuando Julia estuvo escolarizada. Es descorazonador…