¿Cómo podrán los Reyes Magos transportar tantísimos regalos? ¿De verdad sólo usan tres camellos, o esos son sólo los que nos enseñan? Son misterios que nunca llegaremos a descubrir pero que cada año despiertan mi curiosidad.
Lo más probable es que este año, por muy magos que sean sus majestades, los camellos vengan menos cargados. No pasa nada. Una vez oí que el secreto de la felicidad (concepto en el que no creo, solo lo nombro por ser fiel a la fuente) está en «no tratar las molestias como si fueran tragedias, y tratar las tragedias como si fueran molestias».
A pesar de la crisis estoy seguro de que los Reyes Magos, como cada año, van a dar el Do de pecho, y van a dar todo lo que esté en su mano y lo que ya no está en su bolsillo para que nuestros hijos disfruten como siempre.
Me gustaría, desde la más sincera humildad, poner mi pequeño granito de arena y dar alguna idea a los Reyes Magos para que, conservando todo su amor, no hagan más locuras de las estrictamente necesarias.
1) A pesar de que las listas que escriben los niños a los Reyes pueden están cercanas al concepto matemático de GOOGLE – «número más alto conocido sin llegar a ser infinito» -, no es en absoluto recomendable intentar cubrirla. Así que al margen del presupuesto que podamos haber establecido por cabeza, mi recomendación es marcar un MÁXIMO de regalos por niño. En concreto mi recomendación son, como MÁXIMO, cinco regalos (5). Cinco en TOTAL. La cuestión entonces está en distribuirlos.
Veamos, si nuestros hijos tienen la suerte de tener a sus cuatro abuelos,es habitual que los Reyes dejen alguno en cada una de sus casas (ya van dos regalos). También es frecuente que dejen un regalo en casa de los padrinos – pensemos que son un matrimonio – (ya van tres). Salvo que haya algún tío o tía soltera de estos que siempre se empeñan en poner el zapato en su casa para todos los sobrinos, bastaría con que en casa los Reyes trajeran 2 regalos. (Si los padrinos no son matrimonio y cada uno le pide a los Reyes un regalo, a casa basta con que los Reyes dejen un regalo). Si, si, ha leído bien, basta con que en casa dejen UN (1) regalo.
CINCO REGALOS EN TOTAL como máximo, si no lo alcanzamos y nos quedamos en UNO, es fantástico. – (no vale hacer la trampa de pedir 5 al Niño Jesús para que lo traiga el 25 de diciembre y otros 5 a los Reyes).
Cinco regalos es la cantidad que el cerebro del niño puede asumir sin provocar ninguna sobredosis de egoísmo, autosuficiencia, o «melomerezcotodo».
2) Afinar el tiro. Asegúrense de que el regalito que dejan es exactamente el que quería el niño (siempre y cuando esté dentro de una lógica). Me he gastado mucho dinero en psicoanalistas y todavía no he conseguido superar el trauma de que el rifle que pedí con 8 años no tenía la culata metálica como me había prometido un paje real.
3) Si su hijo todavía está en edad de juguetes: ¡QUÉ SEA DIVERTIDO!. Qué manía les ha dado a algunos padres con los dichosos «juguetes didácticos». ¡Qué pesados!. El juguete debe divertir NO enseñar.
De verdad que estamos locos. Ahora está de moda el «juguete didáctico» y a la vez «la enseñanza lúdica». ¿Por qué no dejamos las cosas en su sitio natural?: «juguete lúdico» y «enseñanza didáctica»?
4) Cuando los hijos son mayores, no importan la edad que tengan – como si tienen 44 años , padres, por favor os lo pido, no os los llevéis de compras a «hacer de Rey Mago». Es la forma más triste de matar una de las pocas ilusiones que nos quedan. No hagáis «como si no». No hagáis como si los Reyes Magos no existieran.
Feliz Navidad.
Genial!! Gracias!!
Enviado desde mi iPhone
El 07/12/2012, a las 11:09, educarconsentido escribió:
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Buen consejo, lo llevaremos a la práctica.
Me parece una reflexion genial
Me gusta!!!!!creo q a veces somos los padres los que nos gusta comprar y comprar, no tanto por la ilusión q les hace a los niños, sino por la que nos hace a nosotros comprar. me aplicare el cuento esté año!!!
Tiene sentido,jeje. Por lo menos para mí, pero mi marido y sus padres no opinan lo mismo. Y tenemos una discusión anual. ¿Alguna idea para consensuar puntos de vista?
Hola María, gracias por seguir el blog.
¡Qué difícil!, ¿como llegar a un consenso …? Supongo que tendréis que llegar a un compromiso.
Yo propondría lo siguiente:
Que tu marido (y tus suegros) hagan la lista de todas las cosas que traerían a los niños y con la lista completa acordar cuáles no son «imprescindibles».
Prestar atención a los auténticos «caprichos», juguetes muy llamativos, pero que realmente no aportan nada.
También tener en cuenta el estilo de juego de vuestros hijos. ¿Qué trajeron los reyes el año pasado?, ¿Con qué han jugado?
Si vuestros hijos son de los que piden muchas cosas pero luego solo juegan al fútbol, lo mejor sería traer uno, dos, o 10 balones y dejarse de tonterías.
Centraros en lo que realmente sabéis que van a usar.
Me gustaría poder decirte que te debes «hacer la fuerte» e insistir en el máximo número, pero como lo veo difícil, quizás lo más adecuado es poner la energía en conseguir que TODO aquello que vayan a traer los reyes, sea de verdad aquello con lo que van a jugar a lo largo del año.
Un abrazo,
Nacho Calderón
¡Qué difícil! Aunque estoy de acuerdo completamente, por supuesto. Pero ocurre, para empezar, que los padrinos de mis hijos no son matrimonio. Y, no sólo eso, sino que, además, tienen tres bisabuelas ( aunque sólo una hace regalo) y un buen puñado de tíos. En conclusión: es imposible. Aunque creo que hay que limitarse exclusivamente a lo que realmente merezca la pena. Y, de verdad, me lo pienso siempre una y mil veces antes de comprar cualquier juguete a mis hijos. A veces pienso si demasiado…
Y, desde luego, este año quedé completamente escarmentada del tema de los cumpleaños. Se me retorcían las tripas de ver a mi hijo abrir un regalo tras otro, dejando a un lado los anteriores… Y eso que mi hijo tiene sólo dos años y no fue un cumpleaños al que vinieran todos los amiguitos de la guardería, ni mucho menos. Los tíos, abuelos, padrinos y los nenes de dos amigas. Pero, con los que somos de familia, se convierte en multitudinario. Al día siguiente lo comenté con varias personas: el año que viene, me llamen lo que me llamen, lo tengo claro. Los abuelos y los tíos maternos, sólo UN regalo en conjunto. Los abuelos y los tíos paternos otro ÚNICO regalo. Y el resto, que se ponga de acuerdo para hacer, igualmente, UN SÓLO REGALO. Y, si alguien no está de acuerdo, que regale un libro. Y si a alguien le parece mal, lo siento. Pero es que me puse de muy mal humor… Nosotros, de hecho, ni le dimos nuestro regalo, como tampoco lo hicieron sus abuelos… Y es que, de verdad, es demasiado.
Me viene bien recordar estas sensaciones porque así intentaré restringir al máximo con los Reyes… 🙂
¡Feliz 2015! ¡Y felices Reyes!