La inclusión funciona

Hace diez años los padres de Pilar y de Almudena me propusieron una idea tan avanzada que hasta yo la consideré revolucionaria. Me preguntaron qué opinaba yo sobre la posibilidad de que sus niñas, las dos con Síndrome de Down, asistieran al colegio de sus hermanas, el colegio Montealto.

Mi sorpresa fue mayúscula. Era la mejor idea que había oído nunca. Era, también, lo más absurdo que me podía plantear. Montealto es un colegio privado, de enseñanza mixta en su etapa de infantil y sólo de niñas a partir de primaria. No tiene ni logopeda, ni especialista en pedagogía terapeútica, ni ningún otro de los recursos que se consideran imprescindibles para la integración de niños con discapacidad. En Montealto no había niños con discapacidad. Las profesoras están preparadas para enseñar a niños sin patología.  ¿Qué iban a hacer? ¿Cómo podrían sobrevivir, niñas, profesoras y padres? ¡Era genial!

Como profesional a cargo de su desarrollo apoyé al máximo la propuesta. Les indiqué que en Barcelona existía la Fundación Talita, dedicada a facilitar la integración de niños con discapacidad en colegios ordinarios y les facilité el contacto.

Desde el principio contaron con el apoyo de la subdirectora de enseñanza infantil, Cristina, quien contactó con la Fundación Talita y allanó el camino. El colegio accedió, con Mª Jesús, su directora a la cabeza. Con tres años entró Almudena junto con los niños de su edad. Al año siguiente entró también Pilar. La primera profesora de Almudena, Belén, demostró que querer es poder. Después llegó Gemma, su profesora de 3º de infantil, con ella estuvo dos años, ya que consideramos que necesitaba más tiempo para aprender las bases antes de pasar a primaria. Al final del segundo año, Almudena había alcanzado los requisitos para pasar a primaria.

No estaba nada claro que el colegio estuviera preparado para que Almudena continuara. Hubo mucho debate, pero al final prevaleció la lógica. Almudena había alcanzado los requisitos de final de 3º de enseñanza infantil – etapa por otro lado no obligatoria – y, lo que es más importante, en un colegio de tradición católica no tenía ningún sentido renunciar a la enseñanza de una niña simplemente porque tienen un cromosoma de más.

Su profesora de primero y segundo de primaria fue, como las anteriores, una bendición. Amparo logró que las compañeras de Almudena supieran tratarla e integrarla como a una más. Llegamos a tercero y cuarto con Belén (diferente a la de su inicio en el colegio) y este año, 5º de enseñanza primaria, ha sido llevada de la mano de Lucía.

Ayer viernes fue la fiesta del colegio. Marta, la madre de Almudena nos comunicó la gran sorpresa: A Almudena le habían entregado el premio al compañerismo. Es un premio muy especial. Son las propias alumnas de cada clase las que en votación secreta eligen cual es la que ha demostrado mayores valores. Gemma, su profesora de 3º de infantil y yo nos emocionamos  profundamente. Es el mayor premio de todos cuanto se pueden recibir en el colegio. 

Tengo que reconocer que hice mis pesquisas. Lo lamento, soy suspicaz por naturaleza. ¿Había sido sincera la votación? ¿Había habido alguna consigna que dirigiera el voto de las compañeras de Almudena?. Nada. La elección  fue tan limpia y sincera como en el resto de las clases.

Obviamente el premio es para Almudena, pero significa muchísimo para todos. Es el premio a una utopía. Es el premio a un sueño, a la constancia, a la confianza en el ser humano – en todo ser humano -, es un premio, ¡cómo no!, a sus padres, y a sus profesoras y a la Fundación Talita y a INPA.

Es un gran premio para el Colegio Montealto. Ha demostrado que para la inclusión de una niña con discapacidad basta tener un recurso: LA VOLUNTAD. Con frecuencia he oído a profesionales de la enseñanza decir: «No tenemos los recursos necesarios para dar a este niño la enseñanza que necesita y que se merece». Y dicen la verdad. Ellos se refieren a Logopeda, especialista en Audición y Lenguaje (AL), especialista en Pedagogía Terapeútica (PT), etc. Pero lo cierto es que les falta lo más importante: la voluntad de incluir a un alumno que es un gran reto.

Los alumnos con discapacidad en un colegio ponen tan a prueba el colegio que resaltan enormemente sus deficiencias. Porque si un colegio no tiene recursos para UN solo alumno con discapacidad ¿de verdad los tiene para toda una clase de niños pseudo-normales? ¡Si sabemos que entre el 10 y el 30% de esos alumnos van a tener dificultades de aprendizaje!, ¿qué recursos tiene para esos alumnos?.

A INPA nos llegan muchos alumnos que están escolarizados en colegios donde cuentan con PT, con AL, con logopeda y con todos los «recursos» necesarios, pero a los que obviamente les falta la voluntad de sacar de ese alumno su máximo potencial: cuentan con todos los «recursos» formales y aún así fracasan. Desgraciadamente sus fracasos pasan inadvertidos, ya que se achaca al niño su «incapacidad». De esta forma el sistema se perpetúa en la incompetencia.

El colegio Montealto ha dado una grandísima lección. En sus aulas ya hay varios alumnos con discapacidad. Siguen sin logopeda, sin PT, sin AL. NO es un colegio de integración. Pero cuentan con el mejor equipo de profesoras que se pueda soñar: cuentan con la voluntad de sacar a CADA alumna adelante.

Las compañeras de Almudena han confirmado la más profunda de nuestras sospechas: que su presencia en el aula ha logrado que su escolarización (la de todas ellas) sea completamente distinta a lo que hubiera sido si Almudena hubiera ido a otro colegio. Y lo han apreciado y lo han agradecido.

Si cualquiera de sus compañeras en el futuro tiene un hijo con síndrome de Down, ¿creen que lo vivirán con la desazón que caracteriza los estados iniciales, o creen que se podrán enfrentar con mayor fuerza?, con la fuerza de haber convivido con Almudena.

Gracias Marta y Víctor, MIL gracias profesoras, gracias Fundación Talita, gracias INPA, gracias Mª Jesús, GRACIAS Montealto.

Enhorabuena Almudena.

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7 respuestas a La inclusión funciona

  1. Ana dijo:

    Gracias por expresar tan maravillosamente el gran bien que supone PARA TODOS la inclusión de nuestros hijos. Aprovecho tu artículo para agradecer a INPA, a Talita en los comienzos, y sobre todo a Pepa, Begoña, a sus profesoras y al Colegio Veracruz la labor con Jose María.
    ¡Enhorabuena a Almudena y a todos!

    • Hola Ana, Muchísismas gracias por tu comentario. Tienes razón, el Colegio Veracruz es otro colegio que está demostrando que la inclusión funciona, que querer es poder y que el mayor beneficiado no es el niño en particular, sino la comunidad en general. Me gustaría que estos ejemplos sirvan para abrir las puertas de otros muchos colegios, las mentes de muchos profesionales y las vidas de muchos niños. De todas formas me permito decirte que para que esto funcione es un requisito imprescindible contar con padres capaces de ponerse el mundo por montera, con unos arrestos y una capacidad de lucha como los padres de Almudena y vosotros habéis demostrado. Gracias por TODO. Nacho Calderón.

  2. sagra dijo:

    No me cabe la menor duda de que hay milagros y maestros milagrosos….pero la fantasía del que lo escribe supera los milagros.Hoy todo mundo opina desde la barrera; la educación no es ningún mitin político, es más serio y hay que tratar los temas con más rigor.

    • Muchas gracias Sagra por tu comentario. Me alegra pensar que después de 21 años trabajando sigo siendo considerado un aficionado que ve las cosas desde la barrera. Cuando doy una conferencia siempre me dicen si me presentan como experto en educación, y yo siempre les pido que me presenten como un aficionado. El post cuenta lo ocurrido en la vida de Almudena. Lo cuento con extremo rigor. El comentario que me hizo su madre fue: «todo lo que dices es cierto». Lo cuento con el extremo rigor de haberlo vivido. No en vano la profesora de Almudena durante los dos años que estuvo en tercero de enseñanza infantil es mi esposa. Lamento mucho que tu, sin conocer a Almudena, ni a sus padres, ni a sus profesoras, ni a la fundación TALITA, ni el colegio Montealto (ni a José María en el colegio Veracruz, ni Alicia que con trisomía 21 y cursando tercero de enseñanza primaria tiene una velocidad y una comprensión lectora de cuarto del mismo ciclo – un año por delante de sus compañeros). Mi vida esta hecha de privilegios, pero nada, absolutamente NADA de lo que he escrito en el blog es producto de la fantasía. Ven y compruébalo. Un saludo, Nacho Calderón.

  3. JCrey dijo:

    gracias Nacho!! Soy profesor de FP por las tardes en Vallecas y te agradezco infinitamente este post. Gracias a Dios tengo 3 hijas sanas. Ahora mismo, mi mujer está embarazada y de momento todo va bien. Si me dijeran que mi hij@ pudiera venir con algún tipo de complicación (trisomía 21, deficiencia, etc), le diría a mi mujer que de todas todas, me gustaría que ese niño o niña viniera al mundo y no perdería ni un segundo en llevarte a mi hij@ para que te conociera. Gracias!!!

  4. Oscar dijo:

    Las niñas aprendieron a leer y escribir y alguna operación de aritmética? Mi nieto entrara a secundaria y no escribe ni siquiera regular. El problema es que escribe como pronuncia y pronuncia mal. Llevo el método de una doctora española. Pienso que se perdió un tiempo precioso al tratar de aprender a leer y escribir por sílabas. El lo ve a usted en Laredo. Que Dios lo bendiga.

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