Permítanme el inmodesto ejercicio de contextualizar mi desarrollo profesional para poder dar sentido a mi argumento. Comencé mi labor profesional en los Institutos para el Logro del Potencial Humano en Filadelfia, viviendo y trabajando codo con codo durante dos años con Glenn Doman, adalid de la estimulación temprana. Desde entonces he colaborado, trabajado y formado equipos de «escuelas infantiles» en Madrid, Barcelona, Guipuzcoa y Asturias.
Las autodenominadas «escuelas infantiles» son una constante en mi vida profesional y escribo NO desde la distancia, ni como usuario (que fui) sino como parte de su labor.
Hasta hace (pocos) años había dos términos que las denominaban: bien guarderías o bien jardines de infancia – término éste que viene de una tradición europeista («kindergarten» en alemán). Los jardines de infancia estaban (y están) a la cola del (ya pobre) reconocimiento que la enseñanza tiene en España. Básicamente se piensa que ser profesora de cero a tres años consiste en cambiar pañales, limpiar mocos y dar de comer. Fuera de eso, bastaría con vigilar a un grupo de niños mientras juegan. Esta visión es en parte naïf, fruto del desconocimiento de lo que realmente implica su trabajo, y en gran medida una visión interesada – la sociedad NO está dispuesta a REconocer el IMPORTANTÍSIMO papel de las profesionales de la educación de cero a tres años ya que tendríamos que pagarles mucho más de lo que hoy cobran.
En la década de los 90 nació un intento de RE-definir su función y así intentar elevar el RE-conocimiento que las hasta entonces «guarderías» tenían. El intento era lógico y loable. Desgraciadamente las «guarderías», miraron hacia la etapa de 3 a 6 años para su reconversión. Es el mismo error que se ha cometido en todas las etapas de la enseñanza (para prepararles para selectividad, hacen exámenes globales YA desde primaria); como deben leer en primero de primaria – la escolarización es completamente VOLUNTARIA hasta ese momento – les exigimos que sean capaces de leer y escribir al terminar tercero de enseñanza infantil.
De esta manera las autodenominadas «escuelas infantiles» se han llenado de las MALDITAS FICHAS, y los hay que se sienten orgullosos de que «sus niños» esperan sentados (en incómodas sillas de madera) «el tiempo que haga falta» con los brazos cruzados.
Redefinir el modelo de trabajo de 0 a 6 no solo es posible sino que es necesario (por el bien urgente de los niños).
Si mandamos a los bebés con cuatro meses a la escuela, ¿a qué llamamos pre-escolar?, ¿al embarazo? ¿a los cuatro meses escasos que les permitimos estar con su madre?.
Yo hablo de «jardines de infancia» por un motivo MUY pensado: quiero y espero que sea el lugar donde los niños FLOREZCAN. Un niño NO NECESITA ir a la escuela ni con cuatro ni con 18 meses ni con 36 meses, necesita ir al lugar donde estén las expertas en DESARROLLO INFANTIL (desarrollo afectivo, neurológico, motor, sensorial, etc. etc.) y que saben aportar lo que necesita un niño, NO pedirles que hagan lo mismo que van a hacer el resto de su vida.
¡Qué pena da ver las dichosas fiestas de fin de curso, con los niños que acaban de empezar a hablar en frases, con birretes puestos! ¡Que NO!, ¡Que el birrete y el Laudeamus Igitur son símbolos universitarios!. Permitamos a los niños tener sus propios signos.
Es cierto que hay escuelas infantiles donde en lugar de facilitar que los niños florezcan se de dedican a podarles. Pero otro modelo es posible.
A lo largo de los dos últimos años hemos dedicado un gran esfuerzo a lograr que un grupo de jardines de infancia establezcan su propio modelo de trabajo, al margen de lo que hacen los de 3 a 6. En estos jardines de infancia NO hay fichas y las sillas y las mesas SOLO se usan para comer. El resto del tiempo el aula está libre de obstáculos para facilitar el movimiento y las educadoras saben el porqué y el para qué, de cada paso, palabra o gesto que hacen. Un lugar donde las educadoras se exigen ENSEÑAR cientos y miles de conceptos SIN EXIGIR que el niño demuestre que los ha aprendido.
Acabamos de empezar, y los niños ya están floreciendo de forma y manera que las mismas educadoras reconocen que nunca antes lo habían soñado. Ellas están encontrando un sentido mucho más profundo y necesario a su trabajo. Ya saben que no son el último escalafón en la enseñanza, sino son las primeras y más concienzudas expertas en desarrollo infantil.
Si al buscar un jardín de infancia para su hijo le enseñan un aula que sólo se diferencia del colegio en el tamaño del mobiliario y ve fichas (las malditas fichas) colgadas por todas las paredes, siga buscando.
Busque el lugar donde ayuden a florecer a su hijo. Y por cierto, si es así reconocerán su papel como madre o como padre, en lugar de hacerle sentir que usted no tiene ni idea de lo que está haciendo.
TE FELICITO POR TAN HÉRAMOS ARTÍCULO,ME HE CANSADO DE DAR ESA IDEA EN ESCUELAS INFANTILES,EN LAS QUE ME HAN DEJADO FUERA POR SER MADRE Y PENSAR IGUALITO A TI.AL FIN NO MESIENTO SOLA EN ESTO. GRACIAS.
tan HERMOSO ARTÍCULO , SE ESCRIBIÓ MAL DESDE EL MÓVIL…JAJ
Es que antes q fraile hemos sido cocineras y eso es importante para los sentimientos no lo olvides.
Creo, Nacho, que te he dado el título de esta nueva entrada de tu blog,con el comentario que hice en el artículo de Bilingüismo, que por otra parte me gusta tu aclaración y estoy de acuerdo contigo en muchos aspectos, como lo de las malditas fichas impersonales, y lo de que cobramos menos de lo que deberíamos y que si no fuera por nuestra vocación….
Nunca se me había ocurrido lo de que los niños florezcan en el jardín. Pero las cosas deberían cambiar en esta sociedad educativa sobre todo a nivel privado que siempre nos creemos que es mejor y esta muy lejos de la realidad , y donde todo vale. Es cierto que como educadora siempre buscamos un verdadero sentido a este trabajo.
Conocía los kindergarten de alemania, pero a mi hija y a mi hijo les lleve a una escuela infantil y ellos tienen ahora 23 y 18 años, y ya entonces insistían en llamarles escuela, porque quizás es la primera enseñanza que reciban los niños de meses. Lo que tengo muy claro es que Guardería (como las llaman TODOS) no es muy correcto ya que no guardamos a los niños, los tratamos de educar y mostrarles cariño en esta etapa de su vida tan necesario. Y no somos limpia cacas, y quita mocos, que es lo que les interesa a los papas ademas de que no reciban ningún arañazo y de que coma bien, sin importarles que les enseñemos a comer. Tampoco somo profesoras porque nuestra titulación es la de Técnico en educación infantil (educadoras) , porque ya quisíeramos estar igual remuneradas que las profes.
En fin , que esta sociedad tiene unas «catalogaciones» algo particulares. Esta es mi modesta opinión, y al menos asi lo veo yo. Pero no quiero irme sin darte las gracias por tus reconocimientos a estas que somos EDUCADORAS de niños-as de 0-3 años. Y que sepas que te sigo y leo todos tus artículos. Un saludo.
Hola Mari Carmen,
Efectivamente, tu comentario a mi anterior articulo fue el espolón para la entrada de esta semana. También lo fue el hecho de que el sábado dimos un curso de cuatro horas a 130 educadoras de infantil sobre su labor en el aula. Esto es lo maravilloso de la relación con los lectores, que actuáis como catalizadores de nuevas ideas.
A veces dejo una o dos semanas sin escribir, y lo hago sencillamente porque no hay nada que me encienda. Así que muchas gracias por tu contribución y mucho ánimo en tu trabajo, el más maravilloso del mundo.
Un abrazo, Nacho Calderón
Por supuesto el trabajo mas maravilloso del mundo para mi. yo fui una de esas oyentes. y he de decirte q me gusto aunque de opiniones esta el mundo lleno, y es bueno este tipo de cosas para reflexionar con uno mismo. Por cierto el proximo articulo podias hablar sobre hiperactividad q estaria tb interesada en ello. gracias
No puedo estar más de acuerdo. Lamentablemente hay pocas opciones. Nosotros llevamos a nuestra hija a una madre de día, que sigue un poco la línea que comentas
Qué razón llevas Nacho, y lo malo es que hay mucha gente que no sé da cuenta, que las bases de la educación y el desarrollo como personas, está abajo, en los primeros años.
Hola Nacho. Yo vivo en Madrid, tengo 2 nenes de 3 años y 7 meses y hace 1 año descubrí la metodología de Glenn Doman e hice un curso con Víctor Estalayo y desde entonces me estoy volviendo loca para elegir un colegio apropiado que estimule todas las inteligencias y que motive al niño a querer seguir aprendiendo y ser feliz.
En casa aportamos nuestro granito de arena motivando a nuestros nenes y hacemos los bits de inteligencia, de lectura, KUMON y también seguimos el método Suzuki en el aprendizaje de música.
A los 2 les he llevado/llevo a la escuela infantil Chiquitín ya que las que aplican la metodología Glenn Doman están muy lejos de mi casa. En Chiquitín estoy muy contenta.
Ahora que soy consciente de la importancia de los primeros años así como del método que se utilice en la enseñanza mi gran preocupación es el colegio donde matricularles (me estoy volviendo loca)…. Me podrías aconsejar? A parte de los colegios Montessori, he visto que el Liceo Europeo podría ser una opción.
Muchísimas gracias
Hola Ainhoa,
Me alegra mucho que lleves a tus hijos a una escuela Chiquitín, precisamente hablo de ellas (sin dar el nombre) en el artículo, ya que colaboro con ellas desde hace años. Enhorabuena. Nacho