Deberes de verano, ¿Sí o no?

Llega el verano y pronto tendremos que ir a recoger las notas de nuestros hijos y con ellas a menudo nos llega una lista de «recomendaciones»  para el verano. Si el niño ha suspendido,  las recomendaciones se convierten más bien en «requisitos», si ha aprobado nos quedamos con el  «un poquito de trabajo no le vendrá mal».

Y nosotros nos planteamos ¿deberes en verano?. Los argumentos a favor son claros: las vacaciones son muy largas y el niño pierde hábitos y aveces hasta conocimientos. Algunos profesores dicen que, incluso los buenos estudiantes, parece que han «reseteado» su cerebro al comienzo de curso. Por ello, «no es bueno desconectar completamente». Pero incluso aquellos que están a favor de los deberes veraniegos insisten en que NO debe ser igual que el curso, no se debe cubrir nuevo material, sino repasar, un poquito de matemáticas – algunas cuentas – y, por supuesto leer todos los días un poquito.

Como es habitual en mí, voy a comenzar negando la mayor: el verano es para desconectar. Del todo. Al 100%. Lo necesitamos los adultos y lo necesitan los niños.

Si no están de acuerdo, entonces asegúrese de que este verano se lleva de vacaciones algo para «no desconectar». Si es usted profesor, corrija todos los días algunos exámenes. Quince o veinte solo, pero todos los días. Media horita diaria corrigiendo exámenes. Así cuando llegue a septiembre, no habrá perdido el hábito.

Si es usted abogado, prepárese un pleito por semana, cada día un poquito solo, pero un caso a la semana.

¡Vamos hombre! ¡A mi no me van a pillar haciendo informes!. En verano hago todo lo posible por perder el hábito de trabajo.

Y no me vengan con que esta es la «nueva pedagogía, que pretende que los niños aprendan sin esfuerzo». De eso nada. Lo que ocurre es que después de más de 40 años viendo cada verano a los harrijasoketas (levantadores de piedras) en algunas de las fiestas del Valle del Baztán (Reino de Navarra), sigo sin comprender los esfuerzos inútiles.

Cualquiera que me conozca sabe que si hay algo que no temo ni rechazo es el esfuerzo, pero tonterías las justas. Si quieren justificarme los deberes en verano – si quieren demostrar que es un esfuerzo que merece la pena – debería haber un/os estudio/s que demostrara/n dos cosas:

a) A medio plazo: que los alumnos que realizan deberes en verano logran mejores calificaciones AL FINAL del siguiente curso. Es decir, si nos referimos a este verano, los alumnos que hagan deberes este verano deberían tener mejores notas en junio de 2014, frente a aquellos que no hagan deberes este verano.

b) A largo plazo: que los alumnos que realizan deberes de manera sistemática a lo largo de los veranos logran mejores notas AL FINAL de su escolarización.

Fijarse en los resultados inmediatos de una técnica –  (cómo llegan los alumnos en septiembre al colegio) – es una visión absurda en la enseñanza. Un gran error en la enseñanza es tomar medidas que sólo tienen efecto a corto plazo (exámenes) y que carecen de eficacia a medio plazo. Así que: ¿esfuerzos? Todos los que sean necesarios, pero que tengan un resultado palpable, estable y, al menos, a medio plazo (al menos un año).

Por otro lado. Después de más de 20 años de profesional, una vez, sólo una vez, he visto que una profesora revisó, corrigió y devolvió los deberes al alumno. Sólo una vez. El resto de las ocasiones el niño entrega los deberes (a menudo no sabe a quién debe hacerlo, si a su profesor del curso anterior o al nuevo), y si los he visto no me acuerdo. Eso genera una sensación de frustración  más que justificada en el alumno. (Sí, ya lo sé, los ha hecho por su bien, no para que premien – igualito que los adultos, que entregamos la declaración de la renta por nuestro bien y el de todos nuestros compañeros, no para evitar una multa).

El verano es para desconectar del colegio. Deben aprovechar a leer mucho. «¡Ah!» – dicen algunos «pero es que eso es lo que le han mandado en el colegio!».

Ustedes sigan ligando lectura con colegio y van a ver el fracaso en el desarrollo del gusto por la lectura. En el colegio se aprende a leer, pero leer no es una asignatura NI debe estar ligado a los deberes. Leer es uno de los mayores placeres de la vida y para algunos llega a ser una necesidad.

Si insistimos a los niños que deben leer por que se lo han mandado en el colegio, los niños van a evitar hacerlo. Porqué no contarles (y que nos vean) que nos hemos reído  muchísimo con la historia de «el vicario que hablaba al revés» (Roald Dahl), o con cualquiera de los cientos de libros apasionantes que hay.

Ya que les gustan tanto los documentales de animales o de «cómo se hizo» porqué no comprarles libros sobre eso mismo.

Leer, leer, leer. Y mucha bicicleta. Y mucha piscina. Y mucha playa. Y mucha montaña. Y mucho paseo. Y mucho monopoli, parchís, cluedo, y los juegos que ustedes quieran. Pero mucho. Y mucho tenis, paddel, fútbol, baloncesto y cualquier deporte. Nada de eso son deberes. Leer tampoco. Leer es un placer y para algunos una necesidad. Nada que ver con el colegio.

Y algo más, de lo que rara vez se habla. El verano es un magnífico momento para fomentar la escritura. Sí, sí, la escritura. Somos miles las personas a las que nos gusta escribir y normalmente la afición empieza de pequeñitos, con ocho años o incluso menos. Todo lo que necesitamos los «escritores» – permítanme incluirme donde no me corresponde – es, como en el resto de las artes, un público a quién dirigirnos.

Hoy en día es facilísimo tener público. Haga un blog para su hijo. Que escriba lo que quiera y que lo puedan leer sus amigos, los abuelos, los padrinos, los primos. Y que le hagan comentarios. No se trata de que llegue a redactar como Arturo Pérez Reverte o como Francisco Ayala. Se trata de que se divierta haciendo algo que no tiene NADA que ver con el colegio. Para muchos escribir es un gran placer. En mi caso se acerca mucho a una necesidad.

¿De verdad quieren que sus hijos lleguen a septiembre con el cerebro bien «fresco», que no que esté «reseteado»?. ¿De verdad lo quieren?. ¿De verdad, de verdad?. Este verano quítenle dos cosas: los deberes y las pantallas (televisión, i-pad o similar, x-box, etc).

Son solo dos meses. Hagan el experimento. Quítenle la televisión ¡DE UNA SANTA VEZ!. Sólo en verano. Verán como florecen sus hijos.

(Y ya puestos, cuando estén de vacaciones, a papá y a mamá también les va a venir muy bien dejarse el i-pad, o  cualquier otro de esos aparatitos que les mantiene conectados con el mundo exterior y les dificulta atender a su mundo interior.). Desconecten.

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9 respuestas a Deberes de verano, ¿Sí o no?

  1. sagra dijo:

    Me gusta; estoy de acuerdo.

  2. Mencía dijo:

    Los deberes….. La gran conversación entre los padres de hoy en día… La profesora de mi hija puso, las pasadas Navidades y la pasada Semana Santa, deberes a los padres: «hablad y jugad mucho con vuestros hijos». Supongo que este verano dirá lo mismo… Pero sé que no es lo normal… (Es un colegio francés y están prohibidos, por ley, hasta los 7 años).
    En España, hoy por hoy este tema es una batalla perdida ya que, si algún profesor hace eso, los primeros que se le echan encima son otros profesores diciendo, en septiembre, que los alumnos «no vienen bien preparados»…
    Creo que los padres deberíamos «perderle el miedo» a los deberes y cuando, al final del curso, nos entreguen la hojita de deberes, devolverla firmada diciendo: «no, gracias, no la necesito»

  3. Sol dijo:

    No tenía opinión al respecto. Es más, ya estábamos pensando en comprarle el librito de «Vacaciones Santillana» a Marta, que cumple 7 años ahora. Pero me has convencido. Es, además, una lucha en verano conseguir que se pongan esa media horita. Y ya luchamos bastante durante el invierno. Ahora a descansar, que es lo que toca. Besos Nacho.

  4. olga moreno dijo:

    Y si en el cole han salido con un mal curso? no esta bien un mes de refuerzo y agosto y el resto de septiembre parz jugar???
    no se hablo sin saber

    • Hola Olga. Sin duda, como siempre digo, habría que ir al caso. Lo primero que habría que saber es por qué le ha ido mal el curso. Si no tenemos la causa, hacer deberes en verano, sencillamente por que le ha ido mal puede ser un tiro al aire, a ver si cae algo. Un abrazo, Nacho.

  5. fernando dijo:

    Hola. Ha quedado claro, Nacho, tu rechazo frente a los deberes vacacionales. Es fácil decir no a los deberes. No sé si eres psicólogo o pedagogo. Te pediría que crearas un blog con propuestas concretas para disfrutar este verano repasando «de otra forma». La lectura, como dices, debe ser por ocio y no relacionarla con la escuela. Por favor danos pautas concretas, que funcionen para que los niños aprendan a amar la lectura. Pero, sólo dinos las que hayas experimentado tú y estén constatadas. Mi experiencia, como maestro, me dice que un niño que está en «on» durante el verano, asimila mejor los conocimientos aprendidos. Estar en «on» no significa hacer deberes al estilo tradicional. Que conste. Para aquellos que tengáis hijos de tercero y cuarto de primaria, os recomiendo el blog que he creado. Saludos. PD. Nacho, espero que compartas tus ideas concretas en tu blog. Saludos.

  6. Helena Okola dijo:

    Hola:

    Estoy tan de acuerdo con el post que lo firmaría yo misma. Para aclararle a fernando, soy madre de tres hijos de 16 y 12 años y educadora social en un Gabinete de orientación familiar y educativa, OKOLA. Todo lo que comenta Nacho lo recomendamos a las familias despues de haberlo experimentado. Mis hijos y nuestros alumnos participan en concursos de robótica, investigan y lo cuentan en sus blogs y en jornadas públicas, dan conciertos, organizan actividades de sensibilización y colaboran en causas que les interesan, leen y escribe, algunos pintan… Les falta tiempo para dedicarse a sus intereses y el verano es su oportunidad. Creo que cultivan cualidades y habilidades mucho mas utiles para su futuro que analizar sintácticamente, leer libros que no han elegido y sin ni siquiera poder criticarlos, o repasar operaciones: cuando necesitamos la formula para calcular el perimetro de una circunferencia muchos adultos acuden a un libro o a internet y solucionan el problema igual que los que aun la recuerdan. Mis hijos tienen buenas notas y nuestros alumnos siempre las mejoran reduciendo horas de trabajo y estudio, aprovechandolas mejor y recuperando el placer de aprender que tan tristemente la escuela tiende a suprimir.

    La prioridad del verano: sentirse, descubrirse, divertirse, jugar… el aprendizaje surge por si solo.

  7. Mercedes dijo:

    Hola,

    Ya sé que voy tarde, pero es que me ha encantado, ahora mismo mi marido acaba de firmar una tarjeta a uno de mis hijos para llevar mañana al colegio diciendo que le hemos confiscado los deberes de verano. Estoy de acuerdo en que el verano y todavía más las Navidades y Semana Santa son para desconectar, estar con la familia y dedicarse a otras muchas cosas.

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